La australiana, campeona júnior del Grand Slam británico en 2011, ganó a Kerber y aspira a ser la cuarta tenista que gana también como senior.
Ashleigh Barty actuó como una verdadera número uno este jueves en las semifinales de Wimbledon. La australiana de 25 años hizo lo que te tocaba como principal favorita y cabeza de serie del torneo, ganar y meterse en la final. Y no era sencillo, porque delante tenía a la campeona de 2018 y finalista en 2016, Angelique Kerber, una exlíder del ranking que venía jugando de maravilla a sus 33 años, pero que no pudo frenar el juego variado e inteligente de Barty, que tiene como cimiento un revés cortado endiablado y letal sobre hierba (6-3 y 7-6 (3) en 1:26).
Barty volverá a jugar el partido por un título en Wimbledon diez años después de ganar el torneo júnior con tan sólo 15 años. Fue en 2011, cuando venció a la rusa Irina Khromacheva. En esta ocasión se enfrentará a la checa Karolina Pliskova o a la bielorrusa Aryna Sabalenka. Si triunfa, será la cuarta mujer que hace doblete júnior-sénior en Wimbledon después de Ann Jones, Martina Hingis y Amelie Mauresmo.