El piloto de Roses llega a Aprilia en su mejor momento, con una moto competitiva que probará hoy, martes, en Misano.
No ha estado presente en Silverstone, pero Viñales puede considerarse vencedor en la última cita del Mundial de MotoGP. Tras su salida de Yamaha, el español apostó por firmar con Aprilia. Quizá era su única oportunidad para seguir en el campeonato, pero era un proyecto que, entonces, no había conseguido ningún resultado que le asegurara una máquina competitiva en cada carrera del calendario. Pero Maverick se fia de su gran amigo, Aleix Espargaró, para encarar este nuevo reto y unirse a esa familia de la que tan bien habla el de Granollers. Ahora, sabe que la marca italiana puede ser la gran indicada para comenzar una nueva aventura.
Viñales, ganó en Aprilia. Y lo hace porque llega a una marca totalmente distinta de la que empezó seis años atrás. Poco queda de ese fabricante italiano que empezó hace 116 carreras, con grandes sueños y un mundo de trabajo por delante. Ahora son más fuertes que nunca y, gracias al esfuerzo incansable de Aleix, pueden tener una moto competitiva, capaz de aspirar al podio. Una moto que uno de los pilotos más top del mundial quiere llevar. Y Viñales lo quiere hacer con ganas, creyendo en el proyecto y con ansias de subirse ya a la moto ya en Aragón. El piloto deja atrás un paso de negatividad y frustración para encarar esta nueva temporada con estabilidad mental y luciendo ya una sonrisa.
